4041 | Laboratorio LOEFFLER
Fenitoína. Anticonvulsivo. 250mg / 5ml Amp. x 5ml. 100mg Tab. x 50.
Fenitoína. Calcio difenilhidantoinato.
Anticonvulsivo. Antiepiléptico. Antiarrítmico.
La difenilhidantoína (fenitoína) ejerce un efecto estabilizador sobre las membranas excitables de diversas células, incluso neuronas y miocitos cardíacos. Puede reducir los flujos de reposo del Na+así como las corrientes de éste que fluyen durante los potenciales de acción o la despolarización inducida químicamente. La capacidad de la fenitoína para reducir la duración de las posdescargas y limitar la propagación de la crisis es más pronunciada que su efecto sobre el umbral de estimulación; o sea que puede prevenir la diseminación del foco más que abolir su descarga convulsiva. Las características farmacocinéticas de la fenitoína están afectadas por su limitada solubilidad en agua y por la eliminación dependiente de la dosis. La absorción luego de la administración oral es lenta, variable y en ocasiones incompleta. Se han detectado diferencias significativas en la biodisponibilidad de los distintos preparados farmacéuticos orales. Las concentraciones plasmáticas máximas, luego de una dosis, pueden ocurrir entre las 3 y 12 horas. La absorción lenta durante la medicación crónica reduce las fluctuaciones entre dosis. La fenitoína se une a las proteínas, en especial la albúmina, en 90%. La concentración en LCR es similar a la plasmática; 95% de la fenitoína se metaboliza en el retículo endoplasmático liso hepático, y el metabolito más abundante es inactivo. Cuando las concentraciones plasmáticas son inferiores a 10mg/ml la eliminación sigue un ritmo exponencial (primer orden) y la vida media varía entre 6 y 24 horas. Si las concentraciones son más elevadas, la eliminación depende de la dosis y la vida media plasmática se alarga (60 horas), debido tal vez a que la reacción de hidroxilación se aproxima a la saturación. En un mínimo porcentual de individuos se ha detectado una limitación genéticamente determinada de la capacidad de metabolización de la fenitoína.
Tratamiento de base de las convulsiones tónico-clónicas (gran mal epiléptico), parciales, simples y complejas (lóbulo temporal). Estado de mal epiléptico resistente a diazepam. Prevención y tratamiento de las convulsiones que ocurren durante o después de la neurocirugía o traumatismos craneanos severos. Tratamiento de segunda línea, luego de la carbamazepina, en la neuralgia del trigémino. Arritmias cardíacas, específicamente las causadas por digital.
Las dosis deben ser individualizadas ya que puede haber una gran variabilidad en los niveles séricos con dosis equivalentes. El tratamiento debe comenzar con dosis pequeñas y con aumentos graduales, hasta que se adquiere el control de las convulsiones o aparece algún efecto tóxico. En varios casos es necesario determinar los niveles plasmáticos para una dosificación exacta; los niveles séricos clínicamente efectivos por lo general son 10mg a 20mg/ml, aunque en algunos casos se controlan los niveles séricos menores. Se requiere de 7 a 10 días para alcanzar el estado de meseta o equilibrio en las concentraciones sanguíneas. Adultos: 3mg a 4mg/kg/día. Dosis de mantenimiento: 200mg a 500mg/día en una o varias tomas. Niños: dosis inicial: 5mg/kg/día con un máximo de 300mg/día. Dosis de mantenimiento: 4mg a 8mg/kg/día. Neonatos: dosis según niveles séricos.
Sistema nervioso central: la mayoría de las manifestaciones colaterales de la terapéutica con fenitoína se han observado en este sistema y están relacionadas con las concentraciones sanguíneas. Nistagmo (≈ 20mg/ml), ataxia (30mg/ml) y confusión mental (49mg/ml). Mareos, insomnio, nerviosismo transitorio, temblor y cefaleas. Discinesias (corea, distonía, temblor). Disfunción cerebral irreversible. Neuropatía periférica. Tracto gastrointestinal: náuseas, vómitos, constipación. Piel y mucosas: rash morbiliformes o escarlatiniformes, a menudo con fiebre. Más raramente: dermatitis ampollar, exfoliativa y purpúrica; lupus eritematoso, síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica. Tejido conectivo: engrosamiento labial, hiperplasia gingival (20% del total de pacientes tratados con hidantoínas) hirsutismo y enfermedad de Peyronie. Hematológicos: trombocitopenia, leucopenia, granulocitopenia, agranulocitosis, pancitopenia y aplasia medular. Desarrollo de linfadenopatía (local y general), que incluye hiperplasia nodular benigna, linfoma, seudolinfoma y enfermedad de Hodgkin. Otros: lupus eritematoso sistémico, poliartritis, hepatitis tóxica, poliarteritis nodosa, poliartropatía y anormalidades de las inmunoglobulinas.
En pacientes epilépticos la suspensión brusca de la fenitoína puede precipitar un estado de mal epiléptico; cuando la droga deba reducirse, suspenderse o reemplazarse por otro antiepiléptico la disminución debe ser hecha en forma gradual. En pacientes con insuficiencia hepática debe reducirse la dosis para evitar la acumulación y toxicidad. En caso de uremia se reduce la unión a proteínas plasmáticas de la fenitoína, por lo que debe reducirse la dosis de ésta. Debe cuidarse la administración de fenitoína en mujeres en edad fértil, por el riesgo de embarazo con posibles malformaciones. Lactancia: pequeñas cantidades de fenitoína se excretan en la leche materna.
Drogas que aumentan los niveles séricos de hidantoína: cloramfenicol, sulfonamidas, dicumarol, disulfiram, isoniazida, cimetidina y fenilbutazona. Drogas que disminuyen los niveles séricos de hidantoína: carbamazepina y alcohol en forma crónica. Drogas que pueden aumentar o disminuir los niveles séricos de hidantoína: fenobarbital, ácido valproico, ciertos antiácidos. Drogas cuyo efecto es disminuido por la hidantoína: corticosteroides, dicumarol, anticonceptivos orales, quinidina y vitamina D. Drogas cuyo efecto puede ser aumentado o disminuido por la hidantoína: warfarina. La determinación sanguínea de la fenitoína es particularmente útil cuando se sospecha una interacción medicamentosa. En cuanto a situaciones con las pruebas de laboratorio la fenitoína puede causar un aumento de los niveles séricos de glucosa, fosfatasa alcalina, gammaglutamiltranspeptidasa y disminuir los niveles séricos de calcio y ácido fólico.
Embarazo: se ha descripto un aumento de la incidencia de malformaciones congénitas con varios anticonvulsivos y en particular con la hidantoína. Entre ellas se incluyen: labio leporino, hendidura palatina, malformaciones cardíacas y el síndrome fetal por hidantoína (microcefalia, déficit de crecimiento prenatal y deficiencia mental). Hipersensibilidad a la hidantoína.
iVademecum © 2016 - 2024.
Políticas de Privacidad