VERICORT

4191 | Laboratorio MAVER

Descripción

Principio Activo: Dexametasona,
Acción Terapéutica: Antialérgicos

Prospecto

Denominación genérica: Dexametasona.

Forma farmacéutica y formulación: Solucion. Cada ampolleta contiene: Fosfato disódico de Dexametasona equivalente a 8 mg de Fosfato de Dexametasona. Vehículo cbp 2 ml.

Indicaciones terapéuticas: VERICORT* es un corticoesteroide con actividad glucocorticoide principalmente; 750 microgramos de dexametasona son equivalentes en actividad antiinflamatoria a cerca de 5mg de prednisolona. Se ha utilizado bajo la forma libre de alcohol o en una de las formas esterificadas, en el tratamiento de condiciones para las cuales se indica la terapia corticoesteroide excepto la insuficiencia adrenocortical, para lo cual hidrocortisona con fludrocortisona se prefiere como suplementario. Su carencia de características mineralocorticoides, hace que VERICORT* sea particularmente conveniente para tratar condiciones en las cuales estaría la desventaja de retención de líquidos. Los corticoesteroides son hormonas secretadas por la corteza suprarrenal o los análogos sintéticos de estas hormonas. Exhiben actividad glucocorticoide y/o mineralocorticoide y afectan casi todos los sistemas del cuerpo, pero se utilizan principalmente para efectos antiinflamatorios e inmunosupresores potentes y para reemplazo. En dosificaciones fisiológicas, los corticoesteroides se utilizan para sustituir a las hormonas endógenas deficientes. En dosificaciones farmacológicas, las drogas tienen usos terapéuticos y de diagnóstico basados en su capacidad de suprimir la secreción de hormonas suprarrenales normales. Los Glucocorticoides también se utilizan en dosificaciones farmacológicas para sus características antiinflamatorias e inmunosupresoras, y sus efectos sobre sangre y sistemas linfáticos en el tratamiento paliativo de varias enfermedades. Cuando los glucocorticoides se utilizan para sus características antiinflamatorias e inmunosupresoras, los glucocorticoides sintéticos que tienen actividad mínima mineralocorticoide se prefieren a la cortisona o a la hidrocortisona. La terapia glucocorticoide no es curativa y se indica raramente como método de tratamiento primario, pero algo como la terapia de apoyo que se utilizará adjuntamente con otras terapias. Si la administración oral prolongada de glucocorticoides se requiere, la terapia del día-alterno debe ser utilizada siempre que sea posible para reducir al mínimo reacciones adversas, y tentativas continuas se deben hacer para reducir la dosificación, o preferiblemente para retirar la terapia glucocorticoide totalmente. Insuficiencia adrenocortical:Los corticoesteroides se administran en dosificaciones fisiológicas para sustituir las hormonas endógenas deficientes en pacientes por insuficiencia adrenocortical. Porque la producción de ambos, mineralocorticoides y glucocorticoides es deficiente en estos pacientes, la hidrocortisona o la cortisona (conjuntamente con la toma libre de sal) es generalmente el corticoesteroide de elección para la terapia de reemplazo. La administración concomitante de un mineralocorticoide más potente (fludrocortisona) puede ser requerida en algunos pacientes. Si los glucocorticoides sintéticos se utilizan en vez de la hidrocortisona o de la cortisona, un mineralocorticoide debe también ser administrado. En el choque causado por insuficiencia adrenocortical aguda, la administración intravenosa de hidrocortisona (o un glucocorticoide sintético) conjuntamente con otra terapia para el choque es esencial. Síndrome Adrenogenital:En las formas Pérdidas-Sal del síndrome adrenogenital congénito, cortisona o hidrocortisona se administran conjuntamente con productos liberadores de sal. Debido al riesgo del retraso de crecimiento con la dosificación excesiva, la dosificación mínima del corticoesteroide requerido para suprimir la hiperfunción adrenocortical debe ser utilizada. Si la pérdida de sodio e hipotensión no son controladas adecuadamente por la cortisona o la hidrocortisona, una droga adicional mineralocorticoide debe ser dada. El reemplazo del mineralocorticoide se puede continuar generalmente en niños de 5-7 años de edad, pero un glucocorticoide se debe continuar a través de la vida. Los pacientes con la forma hipertensa de síndrome adrenogenital congénito (quiénes secretan cantidades excesivas de desoxicorticosterona) deben ser tratados con glucocorticoides de corta acción con actividad mínima mineralocorticoide (ej: prednisona). Glucocorticoides de acción más larga (VERICORT*) no se deben utilizar en tales pacientes porque hay una tendencia hacia la sobredosificación y el crecimiento pueden ser retardado. Hipercalcemia:En dosificaciones moderadas, VERICORT* promueve una reducción en concentraciones de calcio séricas y son eficaces en el tratamiento de hipercalcemia resultando de la intoxicación de sarcoidosis o de vitamina D. La Hipercalcemia asociada a la implicación del hueso en mieloma múltiple se puede mejorar generalmente con los glucocorticoides, y las drogas son el tratamiento a largo plazo más eficaz para la hipercalcemia asociada al cáncer de pecho en mujeres posmenopáusicas. Aunque los glucocorticoides pueden de vez en cuando ser de valor en el tratamiento de hipercalcemia asociado a otras malignidades, no siempre se obtienen buenos resultados y las drogas deben ser reservadas para los pacientes refractarios a otra terapia. Los Glucocorticoides no son eficace en hipercalcemia causada por hiperparatiroidismo. Tiroiditis:La acción antiinflamatoria de VERICORT* releva dramáticamente síntomas tales como fiebre y dolor e hinchazón agudos de la tiroides en tiroiditis (subaguda, no-supurativa) tiroiditis granulomatosa. Las drogas se indican en dosificaciones medias a altas para la terapia paliativa en los pacientes seriamente enfermos insensibles a los salicilatos y a las hormonas tiroideas. Los Glucocorticoides pueden también ser eficaces en la reducción del edema orbital en la exoftalmía endocrina (Oftalmopatía tiroidea). Los cambios en estado de la tiroides pueden ser necesarios en el ajuste de la dosificación glucocorticoide. Padecimientos reumáticos y Enfermedades del colágeno:En padecimientos reumáticos y enfermedades del colágeno, VERICORT* releva la inflamación y suprimen síntomas, pero no afectan la progresión de la enfermedad. Las drogas se indican raramente a excepción del tratamiento paliativo a corto plazo de exacerbaciones agudas y de complicaciones sistémicas en los pacientes refractarios a una terapia más conservadora. La dosificación en situaciones peligrosas para la vida es a menudo alta y se reduce rápidamente después de que la crisis ha cedido. La terapia de mantenimiento con los glucocorticoides, se indica raramente en artritis reumatoide, artritis gotosa aguda, o lupus eritematoso sistémico, pero se puede utilizar como parte de un programa total de tratamiento en pacientes seleccionados cuando las terapias más conservadoras han probado ineficacia. El retiro glucocorticoide es extremadamente difícil en pacientes con estas condiciones, pues las recaídas o rebotes ocurren generalmente sobre la discontinuación de las drogas. En el tratamiento sintomático de la artritis reumatoide que implica solamente algunas articulaciones persistentes inflamadas o en el tratamiento de la inflamación de tendones o de bursa, las inyecciones locales de glucocorticoides levemente solubles pueden ser benéficas. Los pacientes experimentan generalmente la relevación dramática inicialmente. Aunque la inflamación tiende a repetirse y es a veces más intensa después de la terminación de la terapia, las drogas pueden prevenir invalidismo facilitando el movimiento articular que pudieron llegar a ser de otra manera inmóviles. Los glucocorticoides sistémicamente administrados controlan manifestaciones agudas de carditis reumática más rápidamente que los salicilatos y pueden ser salvavidas en ciertas condiciones, pero tanto los glucocorticoides, como los salicilatos, no pueden prevenir daño valvular y no son mejores que los salicilatos para el tratamiento a largo plazo. Los salicilatos usados en forma concomitante con glucocorticoides, pueden disminuir rebote inflamatorio cuando se retiran los esteroides. Es el tratamiento de elección en la granulomatosis de Wegener, pero los glucocorticoides se pueden utilizar adjuntamente para las complicaciones sistémicas severas. Los Glucocorticoides siguen siendo el tratamiento primario para controlar síntomas y para prevenir complicaciones severas, a menudo peligrosas para la vida en pacientes con dermatomiositis y polimiositis, poliarteritis nodosa, policondritis de recaída, Polimialgia reumática y arteritis (temporal) de células gigantes, o síndrome mezclado de la enfermedad del tejido fino conectivo. Una alta dosificación se puede requerir para las situaciones agudas; después de que se haya obtenido una respuesta, los glucocorticoides se deben continuar a menudo por períodos largos en dosificación baja. La Polimiositis se asoció a malignidad y la dermatomiositis de la niñez puede no responder bien a los glucocorticoides. Los glucocorticoides sistémicos se indican raramente en artritis psoriasica, esclerodermia difusa (esclerosis sistémica progresiva), bursitis aguda y subaguda y osteoartritis. Los riesgos compensan las ventajas recibidas, y una terapia más conservadora debe ser utilizada. En osteoartritis, las inyecciones intra-articulares de glucocorticoides pueden ser benéficas pero deben ser limitadas en gran número mientras que pueden ocurrir daños comunes. Enfermedades dermatológicas:En enfermedades dermatológicas tales como pénfigo y penfigoide, dermatitis exfoliativa, Dermatitis herpetiforme bullar, Eritema multiforme severo (síndrome de Stevens-Johnson) eczema incontrolable, sarcoidosis cutánea, micosis fungoides y liquen plano, VERICORT* debe generalmente ser reservado para las exacerbaciones agudas insensibles a la terapia conservadora. En todas estas enfermedades dermatológicas, la alta dosificación de glucocorticoides puede ser requerida. El inicio temprano de la terapia glucocorticoide sistémica, puede ser salvavidas en el penfigus vulgaris y el penfigoide, y dosis altas o masivas pueden ser requeridas. La dosificación se debe reducir gradualmente a un nivel eficaz más bajo, pero la discontinuación puede no ser posible; la terapia del día-alterno se puede utilizar y a menudo es benéfica. Aunque los desórdenes crónicos de la piel son raramente una indicación para los glucocorticoides sistémicos, las inyecciones intralesionales o sublesionales se pueden indicar de vez en cuando para los trastornos crónicos localizados (incluyendo queloides, placas psoriasicas, alopecia areata, lupus eritematoso discoide y granuloma anular) insensibles a la terapia tópica. Los glucocorticoides Sistémicos se indican raramente para psoriasis o alopecia areata, totalis o universalis. Cuando los corticoesteroides sistémicos se utilizan en el tratamiento de psoriasis, la exacerbación de la enfermedad puede ocurrir cuando las drogas son aisladas o se disminuye la dosificación. Aunque los glucocorticoides pueden estimular el crecimiento del pelo en pacientes con alopecia, la pérdida del pelo vuelve cuando se descontinúan las drogas. Condiciones alérgicas:VERICORT* se utiliza para el control de las condiciones alérgicas severas, que incapacitan ó que no responden a los ensayos adecuados de la terapia convencional en pacientes con asma bronquial, rinitis alérgica estacional o perenne, dermatitis atópica, urticaria asociada a transfusión, o edema laríngeo no-infeccioso agudo (aunque epinefrina es la droga de elección). VERICORT* también se puede utilizar en manifestaciones agudas de angioedema, enfermedad del suero, dermatitis de contacto, hipersensibilidad de la droga y de los síntomas alérgicos de la triquinosis. En condiciones agudas, las drogas se pueden utilizar por períodos cortos en alta dosificación con otra terapia tal como antihistamínicos y simpático miméticos. En el tratamiento sintomático de condiciones alérgicas crónicas, los glucocorticoides sistémicos generalmente deben ser reservados para las condiciones agudas y las exacerbaciones severas. El tratamiento prolongado de condiciones alérgicas crónicas debe ser reservado para pacientes con condiciones que inhabilitan insensibles a una terapia más conservadora y para quién los riesgos de la terapia glucocorticoide a largo plazo se justifican. Desórdenes oculares: Neuritis Optica:VERICORT* se ha utilizado para el tratamiento de la neuritis óptica aguda. El interés en el uso de metilprednisolona intravenosa en el manejo de recaídas agudas de esclerosis múltiple ha aumentado como resultado del ensayo óptico del tratamiento de la neuritis. Otros desórdenes oculares:VERICORT* se puede utilizar para suprimir una variedad de inflamaciones oculares alérgicas y no-biogénicas, y para reducir el marcar con una cicatriz en lesiones oculares. Se utiliza inicialmente una dosificación moderada y se continúa rápidamente después de que la condición aguda sea controlada. Algunos desórdenes pueden recaer sobre la discontinuación de la terapia y la terapia de mantenimiento de baja-dosis puede ser requerida. Los Glucocorticoides no son de ningún valor en el tratamiento de enfermedades oculares degenerativas tales como cataratas. Los glucocorticoides tópicos aplicados parecen ser tan eficaces como los esteroides sistémicos para el tratamiento de la mayoría de las inflamaciones oculares anteriores. La terapia glucocorticoide sistémica se puede requerir, no obstante en casos rebeldes de enfermedad del segmento anterior del ojo y es necesaria cuando estructuras oculares más profundas están implicadas. Enfermedades respiratorias: Sarcoidosis:En el manejo de sarcoidosis, VERICORT* se indica para las complicaciones oculares, pulmonares, del CNS, glandulares, del miocardio o severas para hipercalcemia o lesiones de piel severas insensibles a las inyecciones intra lesiónales o sublesionales de glucocorticoides. La terapia a largo plazo puede ser requerida. Tuberculosis pulmonar y Extrapulmonar avanzada:VERICORT* se ha utilizado como terapia adjunta en algunos pacientes con tuberculosis pulmonar o extrapulmonar severa en un intento por suprimir las manifestaciones relacionadas con la respuesta inflamatoria del anfitrión al bacilo Mycobacterium tuberculosis y mejorar las complicaciones de la enfermedad. Mientras que la evidencia de estudios de infección del M. Tuberculosis en ambos, animales y seres humanos indica que los glucocorticoides pueden tener efectos deletéreos (ej: virulencia creciente del organismo) en ausencia de la terapia adecuada antituberculosis, tales efectos parecen generalmente ser prevenidos por la co-administración de los agentes antimicobacteriales eficaces (ej: estreptomicina, isoniazida). Los datos de ensayos seleccionados al azar controlados, son limitados y consisten en principalmente estudios conducidos antes del uso de la droga corriente, regímenes antituberculosis de corto-curso; Sin embargo, un análisis de evidencia disponible sugiere que la terapia glucocorticoide adjunta pueda realzar la resolución a corto plazo de las manifestaciones de la enfermedad (ej: anormalidades clínicas y radiográficas) en pacientes con tuberculosis pulmonar avanzada y también pueda reducir la mortalidad asociada a ciertas formas de enfermedad extrapulmonar (ej: meningitis, pericarditis). Los estudios seleccionados al azar, controlados adicionales en los pacientes que reciben regímenes actuales antituberculosis de corto-curso son necesarios para aclarar completamente las ventajas y los riesgos potenciales de la terapia glucocorticoide adjunta en tuberculosis pulmonar o extrapulmonar. La dosificación de corticoesteroides adjuntos puede necesitar ser ajustada hacia arriba en los pacientes que reciben rifampicina-conteniendo regímenes de antituberculosis como resultado de aumentos rifampicina-inducidos en metabolismo corticoesteroide. Tuberculosis pulmonar avanzada:La terapia con VERICORT* sistémico adjunta, se ha utilizado para tratar manifestaciones sistémicas y respiratorias severas en pacientes con tuberculosis pulmonar avanzada. Aunque la ventaja al paciente es confusa, anormalidades evidentes (con excepción de las cavidades) se resuelven radiográficamente generalmente más rápido con terapia glucocorticoide. No se ha observado ninguna mejora en resultados a largo plazo (enfermedad o muerte respiratoria crónica). En los pacientes que reciben la terapia adecuada antituberculosis (2 o más agentes eficaces), el uso glucocorticoide no parece retrasar el tiempo a la conversión del cultivo del esputo a la negativa o afectar las tazas a largo plazo de curación. Pericarditis tuberculosa:Datos limitados sugieren que la terapia con VERICORT* sistémico adjunta, sea eficaz en el manejo de pericarditis tuberculosa aguda, reduciendo rápidamente el tamaño de efusiones pericardiales y la necesidad de procedimientos de drenaje y disminuyendo la mortalidad (probablemente con control de la efusión hemodinamicamente amenazadora). Sin embargo, la terapia glucocorticoide no parece alterar la incidencia de la progresión a la enfermedad constrictiva cuando es utilizada para el tratamiento de la etapa aguda o intermedia de pericarditis. Pleuresía tuberculosa:Mientras que la mayoría de los estudios de la terapia con VERICORT* sistémico adjunta en pacientes con pleuresía tuberculosa no se han seleccionado al azar ni se han controlado, evidencia limitada sugiere que tal terapia acelera la resolución del dolor, disnea y fiebre asociada con esta forma de enfermedad. Sin embargo, VERICORT* parece tener poca eficacia en la prevención de cambios fibroticos y de la enfermedad pulmónar constrictiva resultante, y algunos clínicos aconsejan contra su uso rutinario. Otras complicaciones de la tuberculosis:Datos limitados sugieren que la adenopatía intra torácica asociada a tuberculosis primaria se pueda resolver más rápidamente con el uso de glucocorticoides sistémicos adjuntos. Mientras que algunos estudios han divulgado una frecuencia reducida de las complicaciones (ej: dolor abdominal recurrente, obstrucción intestinal) con terapia glucocorticoide adjunta en pacientes con tuberculosis peritoneal, datos de ensayos seleccionados al azar están careciendo, y la mejora rápida en síntomas ocurrió en auquellos pacientes con terapia sola de antituberculosos. Aunque se ha sugerido que la atelectasia asociada a tuberculosis endobronquial puede beneficiarse de terapia glucocorticoide, los resultados de un ensayo seleccionado al azar, controlado en un número limitado de pacientes con esta forma de enfermedad no sugirió ninguna ventaja importante de la terapia glucocorticoide sobre terapia antituberculosis solamente con respecto a la tasa y a cambios curativos en la función pulmonar. Datos inadecuados están disponibles mirando la seguridad y eficacia de la terapia glucocorticoide adjunta en pacientes con linfadenitis tuberculosa, tuberculosis miliar o laríngea, o tuberculosis VIH-asociada. Neumonitis lipídica:En Neumonitis lipídica, VERICORT* parece promover la interrupción o disolución de lesiones pulmonares y eliminar los lípidos en el esputo. Aunque altas dosis de glucocorticoides son de uso general en neumonitis por hidrocarburos para prevenir el edema pulmonar y la fibrosis, no hay evidencia de que prevengan cualquier complicación o mejoran la tasa de recuperación. Neumonía por Pneumocystis Carinii:El uso de VERICORT* como terapia adjunta para la Neumonía por P. carinii en pacientes con el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) puede disminuir la probabilidad de deteriorar la oxigenación, la falla respiratoria y/o de la muerte en aquellos con neumonía de moderada a severa. De acuerdo con los resultados de estudios controlados seleccionados al azar, los institutos nacionales de la Salud, Universidad del equipo de expertos de California (NIH-UC) recomiendan actualmente que los adultos y adolescentes mayores de 13 años de edad con infección documentada o sospechada del virus de la inmunodeficiencia (VIH) y pulmonía documentada o sospechada por pneumocystis, la terapia con VERICORT* sistémico además del tratamiento antiinfectante, si tienen disfunción pulmonar de moderada a severa, definida como presión arterial de oxígeno de menos de 70 milímetros Hg o un gradiente arterial-alveolar de más de 35 milímetros Hg en el aire del sitio. No se sabe si los pacientes con pulmonía leve por pneumocystis (presión arterial mayor a 70 milímetros Hg del oxígeno o gradiente arterial-alveolar de menos de 35 milímetros Hg en el aire del sitio) pudieron tener ventaja clínica importante con terapia glucocorticoide adjunta, y tal ventaja puede ser difícil de demostrar en estudios clínicos debido al resultado clínico generalmente bueno de este grupo. Datos actuales sugieren que los glucocorticoides prevengan el deterioro temprano en la oxigenación asociada a terapia anti-pneumocystis, y se recomienda que la terapia adjunta con VERICORT*sea iniciada lo más temprano posible en pacientes con pulmonía por pneumocistis. La ventaja en estudios controlados no se ha demostrado con la iniciación de la terapia glucocorticoide más de 72 horas después de la iniciación de la terapia específica anti-pneumocystis. Por lo tanto, VERICORT* se puede comenzar en pacientes con pulmonía aguda, asociada presumiblemente a pneumocystis. Si estos pacientes resuelven los criterios de oxigenación recomendados por la diagnosis del experto de la infección del VIH, y pulmonía por pneumocystis se confirman puntualmente para reducir al mínimo la probabilidad de enmascarar y/o de exacerbar otras enfermedades tratables (ej: tuberculosis) y para evitar efectos nocivos de drogas innecesarias. Hasta que finalice la disponibilidad de la eficacia o de los datos específicos de seguridad, puede ser razonable considerar la terapia glucocorticoide sistémica adjunta para pneumocystis en la pulmonía a pacientes inmunosuprimidos sin infección del VIH, o en mujeres embarazadas con la infección del VIH según los mismos criterios que para mujeres no embarazadas con infección del VIH. Hasta que finalice la acumulación adicional de datos, el equipo de expertos de NIH-UC recomienda regímenes específicos de prednisona, o si se requiere la terapia parenteral, de metilprednisolona. Dosificaciones más altas para los pacientes que su condición no está mejorando en glucocorticoides, o la terapia glucocorticoide nuevamente iniciada para aquellos pacientes en quienes el tratamiento estándar solamente esté fallando, pueden no ser benéficas; La evidencia disponible es inadecuada para proporcionar recomendaciones específicas. Los datos también son necesarios para aclarar posteriormente la seguridad de la terapia glucocorticoide sistémica adjunta en adolescentes mayores de 13 años de edad, de adultos con pulmonía por pneumocistis, y establecer la seguridad y eficacia de tal terapia en pacientes con SIDA pediátricos con pulmonía por pneumocystis. El régimen recomendado por el equipo de expertos fue asociado a un riesgo creciente posible de la reactivación de lesiones herpéticas localizadas y de lesiones orales pero en ningún aumento en la incidencia de otras infecciones o malignidades oportunistas (es decir, sarcoma de Kaposi). Otras enfermedades respiratorias:VERICORT* se puede utilizar para la relevación sintomática de manifestaciones agudas de enfermedades respiratorias incluyendo las pulmonías eosinófilas idiopáticas sintomáticas (ej: síndrome de Löeffler) no manejables por otros medios, fibrosis pulmonar idiopática, aspergilosis broncopulmonar alérgica, bronquiolitis obliterante idiopática con pulmonía de organización, pneumonitis por aspiración, pneumonitis de hipersensibilidad y beriliosis. VERICORT* también se utiliza en tuberculosis fulminante o diseminada conjuntamente con terapia apropiada antituberculosis. Una dosificación alta se puede requerir por varios días. Los Glucocorticoides no se indican para las enfermedades respiratorias crónicas sencillas. Complicaciones en premadurez: Uso prenatal en el trabajo de parto Pretérmino:la terapia de Corto-plazo IM con VERICORT* se utiliza en mujeres seleccionadas con trabajo de parto pretérmino para acelerar la maduración fetal (ej: pulmones, vasos sanguíneos cerebrales) incluyendo mujeres con ruptura prematura de membranas, de preeclampsia o de hemorragia del tercer-trimestre. La administración prenatal de VERICORT* parece generalmente reducir la incidencia y/o severidad del síndrome de distress respiratorio (SSR) según lo indicado por una reducción en los requisitos para la terapia ventilatoria neonatal de ayuda o del surfactante, y los efectos benéficos son aditivos con los del surfactante. La terapia glucocorticoide prenatal también puede mejorar la estabilidad circulatoria neonatal y reducir la incidencia o severidad de la hemorragia intra ventricular. Los efectos combinados sobre la maduración múltiple de órganos durante la terapia con VERICORT*, reducen la incidencia de la mortalidad neonatal, y los efectos benéficos se extienden a una amplia gama de edades gestacionales (es decir, 24-34 semanas) y no son limitados por género o raza. Los datos están en conflicto referente a los efectos de glucocorticoides prenatales en la incidencia de colitis necrotizante, de la displasia bronco pulmonar, y de la persistencia del conducto arterioso en recién nacidos, y la eficacia y seguridad de la terapia prenatal con las drogas antes de 24 semanas o después de 34 semanas de gestación no se han establecido. Los efectos nocivos a corto plazo de la administración glucocorticoide prenatal incluyen la supresión suprarrenal neonatal y maternal transitoria y el riesgo creciente de infección. No se observó ninguna secuela a largo plazo en niños hasta de 12 años de edad que habían sido expuestos a VERICORT* prenatal a corto plazo. El uso prenatal de VERICORT* de reducir morbilidad y mortalidad infantiles en mujeres con la ruptura prematura de membranas es algo polémico, puesto que la magnitud de la ventaja neonatal en RDS parece ser menor y el riesgo de la infección neonatal es mayor que aquellas en mujeres con las membranas intactas. Sin embargo, incluso en presencia de ruptura prematura de membranas, la incidencia de mortalidad neonatal y hemorragia intra ventricular se reduce con terapia glucocorticoide prenatal. Además, la magnitud del riesgo creciente de la infección neonatal asociada a tal terapia parece ser pequeña. Por lo tanto, debido a la ventaja en mortalidad y hemorragia en fetos de menos de 30-32 semanas de gestación y el riesgo al parecer pequeño, la terapia glucocorticoide materna prenatal se considera apropiada en ausencia de corioamnionitis clínica importante. La terapia prenatal con VERICORT* IM (6mg cada 12 horas por 2 días) o Betametasona IM (12mg una vez diariamente por 2 días) se ha estudiado lo más extensivamente posible, y algunos expertos indican que estas drogas se han preferido generalmente para el uso en trabajo de parto pretérmino debido a semejanzas en potencia, eficacia y su capacidad de cruzar fácilmente la placenta, así como la ausencia relativa de actividad mineralocorticoide y de los efectos inmunosupresivos relativamente débiles. VERICORT* también se ha preferido debido a su duración más larga de acción comparada con hidrocortisona o metilprednisona. Los efectos benéficos IM de VERICORT* en la maduración fetal son benéficos después de las primeras 24 horas después de iniciar la terapia y se amplían hasta por lo menos 7 días; sin embargo, la mejora importante en resultados neonatales también se ha observado clínicamente en las mujeres que recibían un curso incompleto de la terapia glucocorticoide (es decir, menos de 24 horas), y la administración prenatal uniforme de un curso parcial de glucocorticoides debe ser procurada a menos que se anticipe la entrega inmediata. Algunos expertos recomiendan un solo curso de tratamiento para todas las mujeres embarazadas entre las 24-34 semanas de gestación que estén en riesgo de amenaza de parto pretermino en el plazo de 7 días, e indican que los cursos de repetición de glucocorticoides prenatales no deben ser utilizados rutinariamente porque los datos que evalúan los riesgos y las ventajas de tal terapia son escasos. Un estudio clínico reciente evaluó el efecto total sobre la morbilidad neonatal de cursos semanales repetidos de la terapia con VERICORT* prenatal comparada con un solo curso de tratamiento en mujeres embarazadas con riesgo de parto pretermino. La incidencia de la morbilidad neonatal (definida como la presencia de RDS severo, de displasia broncopulmonar, de hemorragia intraventricular severa [IVH], de leucomalacia periventricular, de enterocolitis necrotizante, de sepsis probada, o de la muerte entre la selección y descarga del cuarto de niños) observada con los cursos semanales del tratamiento (22.5%) era similar a aquella observada con cursos solos de la terapia (el 28%) otro estudio clínico está en marcha para determinar si un número específico de exposiciones a los corticoesteroides prenatales o un intervalo creciente entre los cursos del tratamiento mejora resultados neonatales en mujeres con riesgo de parto pretermino. El uso maternal de agentes tocolíticos conjuntamente con VERICORT* puede retrasar el parto en pacientes con trabajo de parto pretérmino, bastante tiempo para que el feto derive la ventaja de la maduración fetal acelerada glucocorticoide-inducida. El uso combinado de las drogas se ha demostrado para reducir el riesgo de SSR neonatal, y las mujeres entre las 24-34 semanas de gestación con riesgo de parto pre-termino son candidatos a terapia glucocorticoide prenatal sin importar la raza, género o la disponibilidad fetal del surfactante. Porque la monoterapia tocolitica b-adrenérgica se puede asociar a un riesgo creciente de hemorragia intraventricular, la adición de la terapia VERICORT* prenatal podría tener una ventaja secundaria de reducir este riesgo. La terapia con VERICORT* prenatal parece tener un efecto aditivo con terapia profiláctica postnatal del surfactante del pulmón en la reducción de la incidencia de SSR y de la mortalidad neonatal. Además, VERICORT* prenatal puede reducir la incidencia y/o severidad de la hemorragia intraventricular, que la terapia del surfactante solamente no parece beneficiar. Sin embargo, los datos son limitados referentes al uso profiláctico de la terapia de combinación para el síndrome de stress respiratorio en mujeres con menos de 28 semanas de gestación. Uso postnatal para la displasia broncopulmonar:Aunque cierta evidencia indica que los glucocorticoides postnatales intravenosos (ej:VERICORT*) pueden ser útiles en la prevención o tratamiento de displasia broncopulmonar en los recién nacidos pretermino con peso muy bajo al nacimiento (es decir, menos de 1.5 kilogramos) que requieren ventilación mecánica, otra evidencia sugiere que tal terapia se puede asociar a un riesgo creciente de efectos nocivos serios. La terapia con VERICORT* puede proporcionar las ventajas pulmonares a corto plazo (ej: incidencia reducida de la displasia broncopulmonar, de la facilitación del destete de la ventilación mecánica) pero no reduce la mortalidad total y se puede asociar a los efectos nocivos a corto plazo (ej: hiperglicemia, hipertensión, sangrado del tubo digestivo o perforación intestinal, cardiomiopatía obstructora hipertrófica, aumento pobre del peso, crecimiento pobre de la circunferencia principal) y secuelas a largo plazo. La carta recordativa a largo plazo de los infantes pretérmino que reciben VERICORT* intravenoso dentro de las 12 horas después del nacimiento, indica que la terapia con VERICORT* postnatal está asociada a una incidencia creciente de neurodesarrollo retrasada, parálisis cerebral, función cognoscitiva deteriorada y crecimiento impedido en o antes de la edad escolar. Por lo tanto, la academia americana de pediatría (AAP) indica que actualmente es rutinario utilizar glucocorticoides sistémicos para la prevención o tratamiento de la displasia broncopulmonar en infantes muy bajos de peso al nacer y no está recomendado. Desórdenes Hematológicos:VERICORT* se utiliza en el manejo de la anemia hemolítica (autoinmune) adquirida, púrpura trombocitopenica idiopática (PTI) trombocitopenia secundaria, eritroblastopenia, (eritroide) anemia hipoplástica congénita (síndrome de Diamond-Blackfan) y aplasia pura de células rojas. Aunque no hay evidencia de que los glucocorticoides afecten el curso o la duración de desórdenes hematológicos, la dosificación alta o aún masiva de las drogas es de uso frecuente para disminuir tendencias de sangrado y normalizar cuentas de sangre. Cuando el tratamiento se indica en adultos o niños con púrpura trombocitopénica idiopática moderada a severa (ITP) los glucocorticoides, globulina inmune IV (IGIV) o la esplenectomía se consideran las terapias de primera-línea dependiendo del grado del sangrado implicado. Otros métodos de tratamiento, tales como esplenectomía, se deben considerar si los glucocorticoides se deben continuar por períodos prolongados (más de varios meses), especialmente en pacientes con trombocitopenia idiopática o secundaria, anemia hemolítica (autoinmune) adquirida, eritroblastopenia (anemia de RBC), o (eritroide) anemia hipo plástica congénita. Las drogas citotóxicas producen resultados mejores en eritroblastopenia, pero los glucocorticoides pueden realzar la respuesta. Los Glucocorticoides pueden afectar o no prevenir complicaciones renales en la púrpura de Henoch-Schoenlein. También, han sido ampliamente utilizados en anemia aplástica en niños, pero no hay evidencia para probar su eficacia. Enfermedades Digestivas:En colitis ulcerativa, enteritis regional y enfermedad celiaca, VERICORT* en dosificaciones medias a altas pueden ser útiles como terapia paliativa a corto plazo para las exacerbaciones agudas y complicaciones sistémicas de estas condiciones crónicas. VERICORT* no debe ser utilizado si hay una probabilidad de perforación inminente, de abscesos o de otra infección piógena. Los glucocorticoides sistémicos y tópicos (del enema rectal) pueden ser útiles en colitis ulcerativa aguda. Sulfasalazina es la droga de opción para colitis ulcerativa crónica, y una dieta libre de gluten es el método primario de terapia para la enfermedad celiaca. Los Glucocorticoides se indican raramente para la terapia de mantenimiento en las enfermedades crónicas del tubo digestivo (colitis ulcerativa, enfermedad celiaca) pues no previenen recaídas y pueden producir reacciones adversas severas con la administración a largo plazo. La hemorragia gástrica y la hipertensión son especialmente frecuentes. De vez en cuando sin embargo, las dosificaciones bajas de glucocorticoides, conjuntamente con otra terapia de apoyo, pueden ser útiles para los pacientes insensibles a la terapia generalmente indicada para las condiciones crónicas. Enfermedad de Crohn:Los glucocorticoides sistémicos convencionales (ej: prednisona, prednisolona, metilprednisolona) se han utilizado para el manejo de la enfermedad de Crohn leve a moderada, activa y moderadamente activa, mientras que budesonida (un glucocorticoide recientemente aprobado) se utiliza por vía oral como cápsulas de liberación prolongada, para el manejo leve a moderado a la enfermedad de Crohn activa que implicaba el íleo y/o los dos puntos ascendentes. Los glucocorticoides convencionales son por lo menos eficaces como sulfasalazina, mesalamina, budesonida o azatioprina en pacientes con enfermedad de Crohn; Sin embargo, muchos clínicos y expertos indican que los glucocorticoides convencionales no se deben utilizar para el manejo de la enfermedad leve ó moderadamente activa, debido a su alta incidencia de efectos nocivos, y por lo tanto su uso debe ser reservado para los pacientes con la enfermedad seriamente activa. Aunque no se ha realizado ningún estudio-dosis que se encuentre apropiado para evaluar los horarios glucocorticoides convencionales de dosificación o de dosificación para la enfermedad de Crohn, efectos clínicos comparables se han divulgado en ensayos clínicos del comparador placebo-controlado y activo en los cuales 50-70% de pacientes recibieron las dosificaciones glucocorticoides equivalentes a prednisona (40mg al día, después de la respuesta clínica). En estos pacientes, la resolución de ciertos síntomas y la reasunción del peso ha ocurrido generalmente después de 1-4 semanas de la terapia, mientras que la remisión clínica fue alcanzada sobre 8-12 semanas. Los glucocorticoides parenterales (dosificaciones equivalentes a 40-60mg, dados como dosis divididas o como infusión continua) se recomiendan para los pacientes con enfermedad de Crohn fulminante; los individuos con masa abdominal inflamatoria, deben recibir agentes antiinfectantes de amplio-espectro conjuntamente con glucocorticoides. Una vez que los pacientes respondan a la terapia parenteral, deben ser cambiados gradualmente a un régimen equivalente de un glucocorticoide oral, el 50% de los pacientes con la enfermedad de Crohn activa, que están recibiendo glucocorticoides sistémicos, llegan a ser glucocorticoide-dependientes o glucocorticoide-resistentes, tales pacientes deben recibir drogas con efectos esteroides que ahorran (ej: azatioprina, mercaptopurina) o alternativamente el infliximab. Los Glucocorticoides no se deben utilizar para la terapia de mantenimiento de la enfermedad de Crohn, porque ambos glucocorticoides y budesonida convencionales no previenen generalmente las recaídas y las drogas (especialmente glucocorticoides convencionales) pueden producir reacciones adversas severas con la administración a largo plazo. Los glucocorticoides convencionales Sistémicos (ej: prednisona 1-2 mg/kg diarios hasta 60mg diarios) se han utilizado en pacientes pediátricos con enfermedad de Crohn del esófago o gastroduodenal leve. Además, los glucocorticoides (ej: prednisona o metilprednisolona 1-2 mg/kg diarios hasta 60mg diario) se recomiendan para el manejo de la enfermedad de Crohn seriamente activa. En los resultados de un estudio controlado comparador-droga de 12 semanas (prednisona contra budesonida) en pacientes pediátricos de 8-18 años de edad (que pesan más de 20 kilogramos) con enfermedad de Crohn de leve a moderadamente activa (la cuenta pediátrica del índice de actividad de la enfermedad de Crohn [PCDI] de 12.5-40) indican que la remisión clasifica a los niños que reciben prednisona (40mg diarios por 2 semanas y después afilado hasta la discontinuación) era similar (el 50% para prednisona contra el 47% para el budesonida) a aquellos que recibían budesonida (9mg diarios por 8 semanas, afilado hasta la Discontinuación). La incidencia de efectos nocivos era substancialmente más baja (cerca de 32% para budesonida contra el 71% para prednisona) y menos severa en los pacientes pediátricos que recibían budesonida que en aquellos que recibían prednisona. Triquinosis:VERICORT* se utiliza en el tratamiento de la triquinosis con implicación neurológica o del miocardio. Enfermedades neoplásicas:VERICORT* en alta dosificación se utiliza solo o como componente de varios regímenes quimioterapéuticos en el tratamiento paliativo de enfermedades neoplásicas del sistema linfático (ej: leucemias y linfomas en adultos y leucemias agudas en niños). La dosificación masiva de glucocorticoides se ha utilizado de vez en cuando en el tratamiento de enfermedades neoplásicas pero ofrece raramente cualquier ventaja adicional y aumenta grandemente efectos nocivos. Se realzan los resultados benéficos, sin embargo, cuando los glucocorticoides se utilizan como parte de un régimen de tratamiento total conjuntamente con las drogas citotóxicas e inmunosupresivas; tal régimen se debe administrar solamente por un oncólogo experimentado. En adultos, la leucemia(linfoblástica) linfocítica aguda, la leucemia linfocítica crónica, y la enfermedad de Hodgkin responden bien a los regímenes de combinación que incluyen un glucocorticoide (generalmente prednisona o prednisolona). La leucemia mieloblástica aguda, el linfosarcoma y la crisis de ráfaga de la leucemia mielocitica crónica pueden no poder responder o pueden recaer sobre la discontinuación de la terapia. En la dosificación moderada, los glucocorticoides inducen la remisión del tumor en aproximadamente 15% de pacientes con cáncer de pecho. Porque los glucocorticoides se utilizaron solamente no son tan eficaces como otros agentes (ej: agentes, hormonas, antiestrógenos citotóxicos) en el tratamiento del cáncer de pecho, su uso debe ser reservado para los pacientes insensibles a la otra terapia. Los Glucocorticoides (ej: prednisona) también se han utilizado solos o como componente de los regímenes quimioterapéuticos de combinación en el tratamiento (es decir, doloroso) del cáncer hormona-refractario avanzado, sintomático de la próstata. El uso de glucocorticoides y/o agentes quimioterapéuticos en el tratamiento del cáncer avanzado, hormona-resistente de la próstata es paliativo, con los pacientes teniendo duraciones medianas de supervivencia de menos de 1 año, no se ha demostrado ninguna terapia para mejorar la supervivencia hasta la fecha, y por lo tanto la meta principal de la terapia en tal cáncer es actualmente mejora en la calidad de vida, particularmente dolor. Los estudios seleccionados al azar han demostrado que la adición de un agente antineoplásico (ej: mitoxantrona) a los resultados de la terapia glucocorticoide en una mayor proporción de pacientes que alcanzan una respuesta paliativa (es decir, reducción del dolor) y una duración más larga de tal respuesta se comparó con el tratamiento glucocorticoide solo. La mejora en cierta calidad de vida se mide, incluyendo los indicadores relacionados con el dolor, actividad física o función, estreñimiento y el humor, también pueden favorecer terapia de combinación. Enfermedades del hígado:VERICORT* puede ser benéfico o dañino en pacientes con enfermedad del hígado. Aunque sigue estando en conflicto la evidencia, las drogas probablemente no son de ningún valor en pacientes con hepatitis aguda y necrosis masiva. En pacientes con necrosis hepática subaguda y hepatitis crónica activa, la administración de VERICORT* en alta dosificación puede disminuir la bilirrubina, ascitis e índice de mortalidad del suero. La terapia prolongada de mantenimiento de baja-dosificación puede ser necesaria. De cirrosis sin alcohol en mujeres, los glucocorticoides aumentan la tasa de supervivencia en ausencia de ascitis, pero no cuando la ascitis está presente. Las drogas son ineficaces en hombres con cirrosis sin alcohol. Los Glucocorticoides pueden disminuir el índice de mortalidad en pacientes con cirrosis alcohólica con encefalopatía hepática, pero no deben ser utilizados en pacientes seriamente enfermos. La hepatitis viral aguda es generalmente benigna y auto-limitada, y los glucocorticoides se indican raramente. Edema cerebral:VERICORT* administrado vía parenteral en alta dosificación, puede ser útil para disminuir el edema cerebral asociado a tumores de cerebro y a neurocirugía. Algunos pacientes con edema cerebral asociado a pseudo tumor cerebral pueden también beneficiarse con el uso de VERICORT*, pero la eficacia de las drogas es polémica y debe ser establecida. El edema que resulta de abscesos del cerebro es menos responsivo que aquel que resulta de tumores de cerebro. El uso de VERICORT* en el manejo del edema cerebral no es un substituto para la evaluación neuroquirúrgica cuidadosa y manejo definitivo tal como neurocirugía u otra terapia específica. Los efectos de glucocorticoides no son evidentes por varias horas y en situaciones agudas las drogas se deben utilizar adjuntas con otra terapia indicada. Aunque es glucocorticoide pueden ser eficaces, aquellos que tienen actividad mínima mineralocorticoide son preferibles. VERICORT* no parece ser benefico en el edema cerebral asociado a infarto cerebral. Lesión en la cabeza:Los análisis reunidos en estudios controlados pequeños de glucocorticoides en pacientes con lesión en la cabeza no han podido establecer claramente la eficacia de la terapia glucocorticoide en esta población de pacientes debido a una carencia de evidencia de su eficacia, algunos expertos han recomendado contra el uso de glucocorticoides para mejorar resultados o reducir la presión intracraneal en pacientes con lesión en la cabeza. Una evidencia más reciente de un estudio grande, internacional, seleccionado al azar, placebo-controlado (corticoesteroide aleatorio después de una lesión en la cabeza significativa [DESPLOME]) indica que el uso de glucocorticoides en pacientes con lesiones en la cabeza puede ser perjudicial. Los resultados de esto se estudian en más de 10.000 pacientes con lesión en la cabeza y una escala de coma de Glasgow de 14 o menos en un plazo de 8 horas de lesión, indican que ésta terapia glucocorticoide (ej: metilprednisolona 2 g administrado por infusión intravenosa sobre 1 hora, seguida por metilprednisolona 0.4 g/hora por infusión intravenosa por 48 horas) está asociada a un aumento substancial en el riesgo de muerte (21.1% con metilprednisolona contra 17.9% con placebo) en el plazo de 2 semanas después de la lesión en la cabeza; El riesgo relativo de la muerte de todas las causas en el plazo de 2 semanas en los pacientes que recibían metilprednisolona comparada con placebo en este estudio era 1.18 (intervalo de confianza del 95% de 1.09-1.27). La causa del aumento observado en la mortalidad en los pacientes que reciben glucocorticoides es confusa porque la causa de la muerte no fue documentada. El reclutamiento de los pacientes para este estudio fue parado después de que los resultados de análisis interino fueran divulgados. Los resultados con respecto a efectos de la terapia glucocorticoide en inhabilidad 6 meses después de la lesión en la cabeza quedan pendientes. Malaria cerebral:Los Glucocorticoides no son eficaces y pueden tener efectos perjudiciales en el manejo de la malaria cerebral causada por Plasmodium falciparum; las drogas no se recomiendan más para esta condición. Lesión aguda de la médula espinal:Cierta evidencia indica que la terapia con dosis grandes intravenosas de VERICORT* puede mejorar la función sensitiva y motora en pacientes con lesión de la medula espinal aguda cuando el tratamiento de la lesión es puntualmente iniciado. Sin embargo, la ventaja en estudios controlados en seres humanos se ha demostrado hasta la fecha solamente en pacientes que recibían metilprednisolona en altas-dosis IV en un plazo de 8 horas después de lesión de la médula espinal, y si la mejora en la función neurológica con tal terapia conducirá rutinariamente a las mejoras específicas en inhabilidad no se ha establecido. Aunque el uso de glucocorticoides en pacientes con lesiones de la médula espinal se ha asociado a morbilidad creciente en algunos estudios clínicos las diferencias importantes en la incidencia de las infecciones de heridas, de sangrados gastro-intestinales y de otras complicaciones entre grupos de tratamiento en este estudio no fueron observadas. Evidencia limitada en animales sugiere que los efectos meliorativos de glucocorticoides en lesiones de la médula espinal estén relacionados con la dosis y la época de iniciación de la terapia; estos efectos parecen ser caracterizados por una curva de respuesta bifásica, acampanada. Estudios adicionales son necesarios para determinar la sincronización, dosificación y duración óptimas de la terapia con metilprednisolona o de otros glucocorticoides en pacientes con lesión aguda de la médula espinal y aclarar mejor las ventajas potenciales de la terapia glucocorticoide en estado funcional en tales pacientes. Meningitis bacteriana: Hay cierta evidencia que la terapia adjunta a corto plazo con VERICORT* intravenoso puede disminuir la incidencia de secuelas audiologicas y/o neurológicas en infantes y niños con meningitis por Hemophilus influenzae y puede proveer posiblemente una cierta ventaja en pacientes con meningitis por Estreptococo pneumoniae. La academia americana de pediatría (AAP) y otros clínicos sugieren que el uso de la terapia adjunta con VERICORT*, se pueda considerar durante los 2-4 días iniciales de la terapia antiinfectante en infantes y niños de 6-8 semanas de edad o mayores con meningitis bacteriana sabida o sospechada, especialmente en aquellos con infección por Hemophilus influenzae sospechado o probado. Si es utilizado, VERICORT* se debe iniciar antes o simultáneamente con la primera dosis de antibiótico. Dolor bajo de espalda:VERICORT* (solo o combinado con un anestésico local y/o nacrótico) se han utilizado via epidural para la relevación sintomática del dolor de espalda. Aunque este uso sigue siendo polémico y el convencimiento de la evidencia de la eficacia permanece ser establecido, la mayoría de los expertos dice que esta forma invasora de terapia es una opción para la relevación a corto plazo del dolor radicular agudo, sub-agudo o crónico. En pacientes con dolor de espalda y radiculopatía asociados a enfermedad del disco, herniación o estenosis espinal cuando terapias más conservadoras (ej: descanso, analgesias, terapia física) fallan y como medios potencialmente para evitar cirugía. El efecto de inyecciones glucocorticoides epidurales en resultados a largo plazo del dolor de espalda continuo sigue siendo confuso. La terapia epidural para el dolor de espalda y radiculopatia implica la inyección de drogas en el espacio epidural cerca del sitio donde las raíces del nervio pasan antes de entrar en el agujero intervertebral. Tal terapia permite teóricamente que se conserve una cantidad concentrada de drogas y sea depositada localmente, exponiendo los nervios a las drogas por períodos prolongados en un intento por reducir la inflamación, la hinchazón y el dolor. Las inyecciones epidurales se pueden realizar por acercamientos caudales, interlaminar o transforaminal; El acercamiento transforaminal requiere un volumen más pequeño de inyección y parece ser el más específico y posiblemente la ruta más eficaz. Debido al potencial para las complicaciones, se relacionó con la colocación de la aguja o la administración incorrecta de la droga, muchos expertos indican que las inyecciones epidurales se deben realizar por un clínico experimentado que usa control fluoroscópico de dirección y de contraste para asegurarse de que la aguja está colocada correctamente y de que la inyección no es realizada intra vascular, intratecal o en tejidos finos con excepción del espacio epidural. Sin embargo, algunos clínicos sugieren que la dirección fluoroscópica pueda no ser necesaria en pacientes que no han experimentado cirugía anterior y que su anatomía espinal es normal, para la cual no hay otros factores que hacen el procedimiento técnico difícil (ej:obesidad). Sigue habiendo la técnica óptima, dosificación, medir el tiempo de la inyección inicial y de la frecuencia de la inyección así como el número máximo de inyecciones glucocorticoides epidurales, de ser establecido. Evidencia limitada sugiere que las partículas grandes (ej: excediendo 50 mm) en preparaciones glucocorticoides de la suspensión que potencialmente puedan causar obstrucción vascular embolica durante la inyección intra-arterial inadvertida; parece que algunas suspensiones de partículas (ej: acetato de metilprednisolona, acetonido de triamcinolona) pueden contener cantidades substanciales de estas partículas grandes, y algunos clínicos han sugerido que una preparación glucocorticoide de solución (ej: VERICORT* o una suspensión con un tamaño más pequeño total de materia de partículas (ej: VERICORT* y acetato de betametasona) se puede preferir para inyecciones epidurales. Las preparaciones inyectables de la suspensión que actúa a largo plazo de los glucocorticoides, también contienen conservadores y/o los agentes que suspenden (ej: cloruro del benzalconio, alcohol bencilico, cloruro miristil-c-picolinium, glicol de polietileno) que se han asociado a efectos neurotóxicos en animales o seres humanos. Mientras que la mayoría de los informes de neurotoxicidad con terapia glucocorticoide intraspinal en seres humanos han implicado la administración intratecal, la seguridad de las inyecciones epidurales que usan las formulaciones glucocorticoides preservadas es polémica, y la administración epidural de estas formulaciones no es recomendada. No hay actualmente estudios que apoyen el uso de ningún excedente de la formulación o cualquier otro en términos de seguridad. El riesgo principal de la terapia epidural de la inyección para el dolor de espalda y radiculopatia es absceso epidural. Sin embargo, otros efectos nocivos serios, incluyendo las complicaciones infecciosas (ej: meningitis), efectos neurológicos (ej: aracnoiditis, trauma de la médula espinal, presión intracraneal creciente, lesión del nervio, convulsiones, disfunción de la vejiga o intestino, paraparesia o parálisis, daño cerebral, efectos oculares, complicaciones vasculares embolicas, y la muerte pueden ocurrir seguidos de una inyección epidural procurada. Los efectos de los glucocorticoides Sistémicos (ej: supresión del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal [HHS], hipercorticismo, síndrome de Cushing, osteoporosis, retención de líquidos, hiperglicemia) también pueden ocurrir después de la administración glucocorticoide epidural. Los datos de la sociedad americana de Anestesiólogos (ASA) cerraron demandas que la base de datos del proyecto, que incluye las demandas cerradas de negligencia de anestesia que se presentan del manejo crónico del dolor, sugiere que las lesiones serias (ej: daños, muerte de cerebro) puedan ocurrir cuando los glucocorticoides se combinan con anestésicos y/o analgésicos locales narcóticos para la inyección epidural y que la ficaces del paciente pueda ser mejorada ficacesi las dosis epidurales típicas (ficaces superiores a dosis intratecal de prueba) de anestésicos y/o de analgesias locales del narcótico de inyecciones glucocorticoides epidurales. Evidencia limitada sugiere que la faceta terapéutica articular y las inyecciones glucocorticoides intra discales sean como mínimo ficaces o ficacesi en el tratamiento del dolor bajo de espalda, aunque algunos clínicos divulgan que la faceta de las inyecciones articulares de pueden ser útiles en algunos pacientes con artropatía. La ficaces de un glucocorticoide en inyecciones del punto disparador también no parece ser benéfica. Las inyecciones comunes sacroiliacas, realizadas usando la dirección fluoroscópica pueden proporcionar la relevación temporal del dolor en algunos pacientes cuando la fuente ficaces del dolor espinal es la ficacesión sacro iliaca. Aunque los glucocorticoides orales han sido utilizados por algunos clínicos en el tratamiento del dolor de espalda, no parecen ser ficaces y la evidencia que apoya tal uso está careciendo. Miastenia Gravis:VERICORT* se utiliza en el manejo de Miastenia gravis, generalmente en los pacientes que han tenido una respuesta inadecuada a la terapia de anticolinesterasa. También se han administrado parenteralmente en el tratamiento de la crisis miasténica. Trasplantes del órgano:En dosificación masiva, VERICORT* se puede utilizar en forma concomitante con otras drogas inmunosupresivas para prevenir el rechazamiento de órganos trasplantados. Porque la incidencia de infecciones secundarias es alta en los pacientes que reciben estas drogas, tal terapia se debe administrar por médicos experimentados en su uso. Síndrome nefrótico:Los glucocorticoides pueden inducir diuresis y la remisión de proteinuria en niños y adultos con el síndrome nefrótico secundario a enfermedad renal primaria, especialmente cuando hay cambio histológico renal mínimo. La nefritis de Lupus puede también responder a los glucocorticoides. La alta dosificación se puede requerir por períodos prolongados, y la terapia del día alterno se debe utilizar para disminuir efectos nocivos. El síndrome nefrótico secundario a diabetes mellitus, amiloidosis renal, glomerulonefritis, o a otras enfermedades es generalmente refractario a los glucocorticoides. Desórdenes cardiovasculares: Choque: Aunque VERICORT* intravenoso puede ser salvavidas en el choque secundario a insuficiencia adrenocortical, el valor de las drogas en el tratamiento del choque que resulta de otras causas es polémico. El manejo del choque se debe basar en el tratamiento específico de la causa primaria y de las anormalidades secundarias, y los glucocorticoides si son utilizados, se deben mirar solamente como tratamiento de apoyo adjunto. El valor de glucocorticoides en el tratamiento del choque séptico ha sido particularmente polémico. Aunque algunos estudios controlados han demostrado efectos benéficos de los regímenes de altas-dosis en morbilidad y mortalidad en choque séptico, muchos estudios no tienen. Los resultados de un estudio controlado anticipado, sugieren que los glucocorticoides no mejoran la supervivencia total en pacientes con choque séptico severo pero pueden ser benéficos tempranamente en el curso de choque séptico y en ciertos subgrupos de pacientes. Sin embargo, dos estudios anticipados subsecuentes controlados, no pudieron demostrar una ventaja de la terapia glucocorticoide de altas-dosis que fue iniciada tempranamente (es decir, en el plazo de 2.8 horas de la diagnosis) en pacientes con sepsis presumido o choque séptico. Además, había una cierta evidencia que tal terapia se puede asociar a un riesgo creciente de mortalidad en ciertos pacientes (es decir, aquellos con concentraciones de creatinina sérica que exceden 2 mg/dL en la diagnosis y los que desarrollaron infección secundaria). Algunos clínicos indican eso, a pesar de la evidencia actual, adicional, estudios bien diseñados para evaluar el papel de las drogas en choque séptico son necesarios, particularmente en pacientes con sepsis gram-negativa. Pericarditis:VERICORT* se ha utilizado para reducir el dolor, fiebre, y la inflamación de la pericarditis, incluyendo aquella asociada al infarto del miocardio. Las causas cardiacas más comunes de dolor de pecho recurrente que siguen a un infarto del miocardio agudo son pericarditis e isquemia agudos, con último ser las más comunes y potencialmente más serias. El dolor recurrente que ocurre durante las 12 horas iniciales después del inicio del infarto generalmente se considera relacionado al infarto original por sí mismo. La Pericarditis no es probablemente responsable de dolor de pecho clínicamente importante durante las primeras 24 horas después del infarto y puede no llegar a ser evidente por hasta varias semanas después de una Pericarditis o de un infarto agudo del miocardio. El infarto del miocardio agudo ocurre con extensión de la necrosis del miocardio a través de la pared epicárdica. La investigación multicentrica de la limitación del estudio del tamaño del infarto (MILIS) encontró que la pericarditis (definido como presencia de la frotación de fricción pericardial) ocurrió en cerca de 20% de pacientes que seguían el infarto del miocardio agudo. En los pacientes no tratados con terapia trombolítica, la pericarditis ocurre en cerca de 25% de pacientes según lo evidenciado por síntomas típicos o frotación de fricción pericardial, pero la incidencia hace un promedio de solamente 14% cuando la presencia de una frotación de fricción se requiere para el diagnostico. Los pacientes con pericarditis tienen infartos más grandes, fracciones más bajas de eyección, y una incidencia más alta del paro cardíaco congestivo. Aunque el malestar anterior del pecho en la isquemia puede ocurrir con pericarditis, el dolor pericardico exhibe generalmente características que distinguen incluyendo malestar pleural o posicional, la irradiación al hombro izquierdo, el omóplato o el músculo y una frotación pericardial, elevación del trapecio del punto J del ECG con la elevación ascendente cóncava del segmento ST, y depresión de banda. Es importante distinguir entre el dolor causado por pericarditis y aquel causado por la isquemia puesto que diferenciará el manejo. Además, la posibilidad de que la ruptura cardiaca, que ocurre en cerca de 1-4% de pacientes hospitalizados para el infarto del miocardio agudo, pueda explicar el dolor recurrente debe ser considerada puesto que el uso de glucocorticoides puede ser un factor de riesgo en su desarrollo. Mientras que VERICORT* puede proporcionar relevación sintomática eficaz, hay evidencia de que pueden causar enrarecimiento de la cicatriz que se presenta y de la ruptura del miocardio. Además, la utilidad y eficacia de VERICORT* en el manejo de pericarditis asociada al infarto de miocardio agudo son menos establecidas por evidencia y opinión que las de aspirina, y por lo tanto la aspirina se considera el tratamiento de elección para la pericarditis post infarto miocárdico. VERICORT* también se han utilizado en el manejo de pericarditis tuberculosa. Antrax:VERICORT* se ha utilizado como adjunto a la terapia antiinfectante en el tratamiento del ántrax en un intento por mejorar los efectos mediados por toxinas asociados al bacilo antracis. Algunos expertos sugieren que VERICORT* se pueda indicar en el tratamiento del ántrax cutáneo si hay muestras de implicación sistémica o de edema extenso que implica el cuello y la región torácica. La terapia glucocorticoide también se ha utilizado como adjunta en el tratamiento de la meningitis del ántrax. Los centros de los E.E.U.U. para el control de enfermedades y prevención (CDC) sugieren que utilizar glucocorticoides adjuntos se considera en el tratamiento del ántrax inhalatorio que ocurre como resultado de la exposición a las esporas del ántrax, en el contexto de la guerra biológica o del bioterrorismo si el edema es extenso, y si están presentes el compromiso respiratorio ó meningitis. Usos diagnósticos: VERICORT* inhibe la liberación de corticotropina pituitaria (ACTH) y disminuye la salida de corticoesteroides endógenos cuando es administrada en una cantidad que en sí misma no afecte los niveles de 17 hidroxicorticoesteroides urinarios. Este efecto se utiliza en la prueba de supresión de dexametasona, para la diagnosis del síndrome de Cushing y la diagnosis diferenciada de la hiperplasia suprarrenal y del adenoma suprarrenal. Náusea o vomito inducidos por quimioterapia de cancer: Los regímenes de VERICORT*, se utilizan extensivamente para la prevención de náusea y vomito asociados a quimioterapia de cáncer. Para prevenir náusea quimioterapia-inducida y vomito asociado a regímenes de quimioterapia con un alto riesgo emético (la incidencia de emesis excede del 90% si no se administra ningun antiemético), la sociedad americana de oncología clínica (ASCO) recomienda actualmente un régimen, que consiste 3 drogas, VERICORT*, aprepitant, y un antagonista del receptor de serotonina tipo 3 (5-HT3) (dolasetron, granisetron, ondansetron, palonosetron, tropisetron). La combinación antiemética con VERICORT*, aprepitant y el antagonista del receptor 5-HT3 también se prefiere en los pacientes que reciben quimioterapia en combinación con antraciclina y ciclofosfamida. Para los pacientes, la recepción de otra quimioterapia de riesgo emético moderado (es decir, la incidencia de emésis sin los antieméticos, excede del 30% pero no excede del 90%), ASCO recomienda dexametasona, que consiste en el régimen antiemético de 2 drogas y un antagonista del receptor 5-HT3. Para los pacientes, la recepción de los regímenes con un riesgo emético bajo (es decir, la incidencia de emésis sin los antieméticos excede del 10% pero no excede del 30%), ASCO recomienda VERICORT* solamente en el primer día de la quimioterapia. Los antieméticos se pueden prescribir como base necesaria en los pacientes que reciben la quimioterapia con un riesgo antiemético mínimo (la incidencia de emésis es menos de el 10% sin los antieméticos). Para la prevención de emésis retardada en los pacientes que recibían cisplatino u otra quimioterapia, se asoció a un alto riesgo emético, estas autoridades recomiendan actualmente una combinación de 2 drogas, dexametasona y aprepitant. Otros:En reacciones inflamatorias misceláneas, tales como aquellas que resultan de procedimientos dentales, la terapia con VERICORT* a corto plazo puede disminuir el edema y puede aliviar el dolor asociado a tales inflamaciones. La inyección local de glucocorticoides en el tejido cerca del túnel carpal se ha utilizado en un número limitado de pacientes para relevar los síntomas (ej: dolor, edema, déficit sensorial) de síndrome de túnel carpal. En estudios clínicos, la respuesta a corto plazo fue observada en la mayoría de los pacientes, pero la mejora en síntomas disminuyó durante los 11-24 meses siguientes. Evidencia limitada sugiere que la técnica de la inyección pueda influenciar la duración del efecto.

Farmacocinética y farmacodinamia: La farmacología de los corticoesteroides es compleja y las drogas afectan casi todos los sistemas del cuerpo. La actividad farmacológica máxima se retrasa detrás de las concentraciones máximas en sangre, sugiriendo que la mayoría de los efectos de las drogas resultan de la modificación de la actividad enzimática más bien que de acciones directas por las drogas. La aldosterona es un mineralocorticoide natural, y afecta el balance de líquidos y electrolitos actuando en el túbulo renal distal para prom

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