Lincomicina

Antibiótico.

La lincomicina es un antibiótico lincosánido obtenido del Streptomyces lincolnensis, que desarrolla actividad bacteriostática por bloqueo de la síntesis proteica bacteriana al interferir la transpeptidación en el nivel de la subunidad ribosómica 50S. Posee un efecto antimicrobiano similar al de la eritromicina sobre los microorganismos grampositivos como estreptococo, neumococo, estafilococo. Los bacilos gramnegativos y enterococos no son afectados por la lincomicina; en cambio los gérmenes anaerobios grampositivos y el Bacteroides fragilis son lisados con facilidad. Se administra por vía oral o parenteral; alcanza una buena biodisponibilidad en sangre, tejidos (hueso) y líquidos biológicos. Su vida media es prolongada (5 horas) y su eliminación se realiza fundamentalmente por orina y bilis. No atraviesa la barrera meníngea en proporción significativa.

Infecciones por gérmenes grampositivos. Neumopatías. Infecciones estafilocócicas, osteomielitis, sepsis por microorganismos anaerobios, peritonitis, infecciones pelvianas, obstétricas y ginecológicas.

Por vía oral: 500mg cada 8 horas (1.500mg diarios). Por vía parenteral: 1.200 a 1.800mg por día. Dosis ponderal: 30 a 50mg/kg/día (oral), 10 a 20mg/kg/día (parenteral).

En forma ocasional diarrea, náuseas, vómitos, colitis seudomembranosa por Clostridium difficile.

La dosificación se adecuará cuidadosamente en cada paciente, según el criterio del médico.

Embarazo y lactancia. Lactantes.

Sin riesgo para el feto. No existen estudios controlados en humanos o los estudios en animales sí indican un efecto adverso para el feto, pero en estudios bien controlados con mujeres gestantes, no se ha demostrado riesgo fetal. En general, se carecen de estudios clínicos adecuados para mujeres embarazadas.