4118 | Laboratorio BERMAN
Carbón activado. Yodo. Papaverina. Amebicida. Comp. x 20.
Adsorbente.
Las sustancias adsorbentes, como el carbón activado, poseen la propiedad de unir sustancias a su superficie por lo que fijan toxinas bacterianas irritantes, gases y actúan también como protectoras de las mucosas. El carbón activado es obtenido por calentamiento en ausencia de oxígeno de sustancias orgánicas (por lo general madera) sometidas luego a un proceso -a alta temperatura con vapor de agua- para acrecentar su poder adsorbente por aumento de su superficie. Por otra parte, el carbón activado adsorbe diversas sustancias tóxicas o venenos en el tracto intestinal -cloruro mercúrico, estricnina, morfina, aspirina, barbitúricos-, lo que lo hace muy útil en el tratamiento de las intoxicaciones agudas.
Diarrea, flatulencia, intoxicaciones agudas.
Diarrea por toxinas: 5g cada 4 o 6 horas. Flatulencia: 2,5g cada 6 horas. Intoxicación aguda: se prepara una suspensión acuosa colocando varias cucharaditas (20%) en un vaso con agua hasta formar un preparado espeso, el que puede ingerirse hasta las 3 horas posteriores a la ingestión del tóxico. Como el veneno sólo es adsorbido por el carbón, luego debe provocarse el vómito o realizar un lavado gástrico según la gravedad de la intoxicación; si ésta fuera leve puede indicarse un purgante salino luego del carbón activado.
Constipación, heces oscuras o negras.
Cuando se usa el carbón activado para el tratamiento de la flatulencia o de la diarrea por toxinas no se debe administrar juntamente con otros fármacos, ya que existe el riesgo de que el carbón adsorba el medicamento e impida su absorción intestinal.
Potencialmente puede adsorber la mayoría de los fármacos e impedir su absorción.
En caso de tratamiento de intoxicaciones agudas nunca debe indicarse el medicamento a un paciente en coma o con depresión marcada del sensorio, por riesgo de aspiración.
Vasodilatador.
Las acciones de la papaverina se registran tanto sobre el músculo liso como el estriado cardíaco. Sobre este último provoca una depresión en la conducción y una prolongación en el período refractario. Sobre el músculo liso ejerce efecto espasmolítico que se hace más notable si existe espasmo. El efecto de la papaverina no paraliza la célula muscular lisa, la que mantiene su capacidad de responder a drogas y estímulos inductores de la contracción. Su efecto es directo sobre la célula muscular lisa ("musculotrópico") y no involucra la inervación. La acción se observa sobre el músculo liso de los grandes vasos sanguíneos, en especial coronarios, periféricos sistémicos y arteriales pulmonares. Se cree que la dilatación de los vasos sanguíneos cerebrales provocada por la papaverina es la causa del incremento en el flujo sanguíneo cerebral y la disminución de la resistencia vascular cerebral registrada en sujetos normales, a la vez que no hay alteración en el oxígeno consumido por el cerebro. Estos efectos mediarían el alivio que la papaverina produce en los pacientes con encefalopatía vasculocerebral. Sus acciones cardíacas justifican su uso para anular las sístoles prematuras de origen ventricular y auricular, y las arritmias ventriculares. El efecto vasodilatador sobre los vasos coronarios puede ser importante cuando la causa de las arritmias es la falla en la irrigación del músculo cardíaco debida a oclusión o insuficiencia coronaria. En la trombosis coronaria aguda la papaverina puede ser superior a la quinidina en el tratamiento de los ritmos ventriculares por medio de la disminución de la irritabilidad miocárdica, puesto que puede ser administrada por vía IV y no deprime la contracción miocárdica ni causa cinconismo, a la vez que produce vasodilatación coronaria.
Isquemia cerebral y periférica asociada con espasmo arterial. Isquemia miocárdica complicada con arritmias. Ha sido utilizada sola o como coadyuvante en el tratamiento de la impotencia eréctil.
Vía oral: 60mg cada 12 horas y, en casos difíciles, 120mg cada 12 horas o 60mg cada 8 horas.
Raramente se registran náuseas, malestar abdominal, anorexia, constipación, mareo, vértigo, sudoración, cefalea, diarrea y erupción cutánea.
Usar con precaución en pacientes con glaucoma. Si aparecen síntomas de hipersensibilidad hepática, ictericia, alteración de las transaminasas, debe suspenderse la administración de papaverina.
iVademecum © 2016 - 2024.
Políticas de Privacidad